“Mi trabajo, mi pasión”

Por Nathalie Ferreira

“Mi idea de venir aquí es porque la misma necesidad me obligaba a salir a la calle a desenvolverme como actor” (Marco Antonio, mimo).

¿CÓMO NACE LA IDEA DE VENIR AQUÍ, A TRABAJAR A LAS CALLES? Hace un año atrás tuvimos una gira, yo con unos compañeros, todos juntos hicimos una caravana. Llegamos hasta Brasil y Bolivia, y nos encontramos en la necesidad de que ya no es lo mismo para hacer teatro en la calle, o sea la gente ya no se reunía para ver al actor. De ahí nació la necesidad de ir a los semáforos. Porque mirábamos a los malabaristas que salían, y había pocos mimos, entonces nosotros, con nuestra promoción, iniciamos esto de salir a los semáforos.

¿DÓNDE APRENDISTE ESTE ARTE?

Yo vengo de la Escuela de Arte Dramático que se encuentra en el Parque de Lima, “La Cabaña”, y bueno, estudié una carrera de escenografía cinco años; aparte de ello, llevé un taller de mimo… mimo claun, y bueno, me desenvuelvo en este arte, que es el arte circense, el mimo, los zancos, malabares, pero me especializo más en lo que es el mimo.

DESDE TU PUNTO DE VISTA. ¿SE APRECIA TU ARTE? ¿TIENE ACOGIDA?

Sí, expresa con seguridad. El arte mismo creo que sí porque está poco explorado y yo veo pocos mimos que hacen teatro en las calles, o un pequeño sketch en cada semáforo.

¿VALE LA PENA LA PENA REALMENTE?

Yo creo que sí. Para la persona que está estudiando teatro. Yo sobre todo estoy ejerciendo ¿no?, para no perder la constancia.

¿HAY ACEPTACIÓN DE LA GENTE?

¡Sí! Por ejemplo los pocos minutos que me ven, yo presento mi espectáculo, como el de “La Maleta” —señala Marco Antonio, luciendo con orgullo a su fiel compañero, su maletín—, pero no presento un espectáculo así con historia, ni con un fin, sino que es solo el acto de la maleta que no se mueve y ya está. Pero eso sí – recalca con una sonrisa –, la acogida de la gente sí, porque pega mucho. Es algo nuevo para ellos. Sobre todo en los semáforos.

¿Y EL RECHAZO?

La verdad que no. Sobre todo con la gente, no. Pero en el caso de las personas de SERENAZGO —sonríe frescamente—, que están un poco que no dejan trabajar, por lo mismo que está prohibido.

¿HACE CUÁNTO TIEMPO QUE TRABAJAS EN LAS CALLES?

Como mimo en sí, cinco años, pero en las calles un año.

APARTE DE ESTO, ¿QUÉ HACES?

Estudio. Soy pedagogo teatral.

¿CUÁNTO TE FALTA PARA TERMINAR?

Me falta un año y medio.

¿QUÉ PIENSAS HACER MÁS ADELANTE?

Enseñar, y aparte tengo un grupo en el Centro Cultural, y nos estamos organizando, en El Agustino, donde yo vivo, para hacer teatro y festivales de teatro.

¿Y CUÁL ES TU OBJETIVO CON TODO ESTO?

En sí es formar una productora de teatro y espectáculos, y demostrarle a la gente que el teatro te ayuda bastante a desenvolverte, mejorar y a elevar tu autoestima, sobre todo a los niños.