“Vivo el momento, soñando que es eterno” (entrevista)

Por: Nitza Ruiz Artola

Héctor Gustavo Chumpitaz Cadillo nació el 23 de noviembre del 1981. Dicen que los que nacen lunes son medio lunáticos, quizá por eso él sea así. A los tres años, su tía lo salvó de morir atropellado por unos carros. A los quince, empezó a escribir unos poemas muy a lo Bécquer, cursis y con demasiada rima. A los diecisiete decidió estudiar Periodismo. De los diecisiete a los veintidós, mientras estudiaba en la universidad, escribía muchos poemas, letras de canciones, cuentos y cartas, basados en los mundos que llevaba en la cabeza e intentando llenar ese vacío que se forma algunas veces a esa edad. También comenzó a tocar con un grupo que luego se llamaría “Viejo café”. “A los veintitrés hallé lo que siempre mencionaba en las canciones y en cada palabra escrita, encontré el inicio del final, al centro del mundo, esa razón por la que sabía que debía seguir vivo... mi novia. Qué más puedo decir, soy un tipo común”, señala.

¿Cómo así entró en la música?

A mí siempre me gustó la música, y me ponía a cantar de niño canciones de Charly García, Gut y toda esa onda ochentera que se está volviendo a poner de moda. En el colegio, por el día de la madre me presenté por primera vez frente al público, canté Chipi Chipi de Charly, y creo que les gustó, al menos no recibí ningún tomate ni nada de eso. Pero la cosa se vuelve más seria un año después cuando conocí al ex bajista de un grupo (en ese entonces, aún sin nombre) que a la larga se volvería “Viejo café” y me dijo que le faltaba un vocalista, yo le dije "si quieres los apoyo con la voz hasta que se aburran de mis gallos" y me llamó... Y bueno, parece que hasta ahora no se aburren (risas).

¿Piensa hacer de esto una carrera para toda su vida o está viviendo el momento?

Es difícil contestar esa pregunta, porque definitivamente la sensación de estar al frente de mucha gente tocando y mostrando lo que haces es única. Me encantaría vivir de esto y lo voy a hacer hasta que el cuerpo me dé, porque es alucinante, pero es bastante difícil hacer una carrera de esto en nuestro país. Se podría decir que vivo el momento, soñando que es eterno.

¿De dónde saca tiempo para todo?

Mmm... no sé; pero, a veces, creo que el día debería tener unas 28 horas, para poder dormir más, porque uno termina cansado luego de tanto trabajo y grupo y demás....

¿Qué piensa del grupo?

¿Del grupo humano? Son mi familia, esos con los que te peleas, te matas de risa, te puedes decir lo que sea y sabes que estarán ahí... ¿Respecto a la música? Es parte de mí, las canciones casi todas las de este disco las compuse yo y, luego, las mostraba al grupo. De ahí sale lo que se escucha en el disco y es alucinante como algo tan simple, como una guitarra acústica y una voz, puede terminar en tantas expresiones juntas. Era como que yo lanzaba la columna vertebral y al lado de ellos salía ya todo el cuerpo y los arreglos y todo lo que forma la canción. Es alucinante.

¿Cuánto tiempo ya llevan tocando?

Desde el 1999 hasta ahorita. Ya van siete años ¡cuanto tiempo!

¿Quiénes son los integrantes?

Los hermanos Jorge y Francisco Santa Cruz en las guitarras. Enrique Delgado en la batería y yo en el bajo y la voz.

¿Qué tipo de música hacen?

Se podría decir un mellon collie rock... rock medio británico algo melancólico, con toques de “argentinidad”, que sé yo, esa pregunta es bastante difícil. Es lo que nos gusta escuchar, y es lo que nos sale.

¿Cuánto se demoraron en grabar su primer disco?

Unos cuatro años y en editarlo unos dos más.

¿Lo hicieron con la ayuda de alguien?

Si, un buen amigo, nuestros padres y amigos que siempre apoyaron.

¿Qué puertas cree que se les abrieron?

Bueno, grabamos el disco con la gente de Mar de copas así que este mes ya tenemos varias presentaciones con ellos, y eso es una gran ayuda.

¿Tocan en algún sitio? ¿Los llaman para tocar?

Si, normalmente en Mochileros o en La Noche de Barranco. Y sí, algunas bandas me han dicho para tocar con ellos.

¿Qué siente que ha logrado con su música?

Expresarme, liberarme, cantar y tocar y sentir que todo sale de mí… Es muy chévere.

Por último… ¿Cree que logró lo que quería?

Creo que el ser humano es un ser bastante insaciable, y creo que mi meta aún está lejana, pero no inalcanzable. El cielo está más cerca de lo que uno cree.